Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para o铆r, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, enga帽谩ndoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque 茅l se considera a s铆 mismo, y se va, y luego olvida c贸mo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este ser谩 bienaventurado en lo que hace. (Santiago 1:19-25, RVR 1960)
En este pasaje de Santiago, percibo un eco de la advertencia de Jes煤s sobre la importancia de obedecer Sus ense帽anzas. Jes煤s lo compar贸 con la diferencia entre construir una casa sobre la roca en vez de sobre la arena (Mateo 7), y Santiago habla de ello en t茅rminos de mirarse en un espejo, alejarse, y luego experimentar lo que a m铆 me gusta llamar 芦amnesia b铆blica禄.
Lo que Santiago describe es una experiencia bastante com煤n para m铆. Me levanto por la ma帽ana, me lavo y afeito la cara frente al espejo del ba帽o, me cepillo el pelo y me visto. Puede que vuelva a mirarme en el espejo antes de salir para asegurarme de que todo est谩 bien. Pero una vez que me alejo del espejo, mi recuerdo detallado de lo que acabo de ver empieza a desvanecerse. A medida que pasa el tiempo, recuerdo cada vez menos. Santiago dice que las personas que reciben la Palabra y que s贸lo la escuchan pero no la viven, se enga帽an a s铆 mismas. O铆r sin obedecer s贸lo conduce al olvido. Aunque la obediencia es una cuesti贸n de responsabilidad personal, creo que muchos de los que dirigimos estudios b铆blicos podemos estar contribuyendo a este problema de amnesia b铆blica. Con demasiada frecuencia, cuando algunos de nosotros dirigimos un estudio b铆blico, hacemos que nuestro grupo lea y explore un nuevo pasaje de la Biblia, discutimos su importancia, pensamos en c贸mo podr铆a afectar a nuestras vidas, luego oramos y nos vamos a casa. A la semana siguiente nos reunimos y lo hacemos todo de nuevo, esta vez con un nuevo pasaje, ignorando lo que estudiamos la semana anterior. No hay refuerzo de lo que discutimos la semana anterior y que era importante hacer, no hay sentimiento de responsabilidad, no hay testimonio de la obra de Dios en nuestras vidas, y no hay expectativa real de que cambiaremos y creceremos como resultado de nuestro estudio juntos. Nos familiarizamos con la Palabra, reflexionamos sobre ella y luego pasamos a otras cosas. En estas condiciones es f谩cil olvidar lo que hemos aprendido, porque no est谩 teniendo ning煤n impacto real en nuestras vidas. Lo que 芦vimos en el espejo禄 se desvanece de nuestra memoria. Aparece la amnesia b铆blica.
El ant铆doto contra este olvido es bastante sencillo. Cada vez que nos reunamos para estudiar, antes de sumergirnos en el estudio de nuevo material, nos tomamos un tiempo para repasar lo que hemos aprendido en estudios anteriores, y compartimos c贸mo hemos intentado vivir lo que hemos aprendido a medida que Dios nos daba oportunidades. Alabamos a Dios, compartiendo no s贸lo las 谩reas de crecimiento, grandes y peque帽as, sino tambi茅n nuestras luchas, decepciones y fracasos. Nos arrepentimos y oramos unos por otros para que Dios nos ayude a hacerlo mejor la pr贸xima vez. Descansar en su gracia y, con el tiempo, esperamos ver c贸mo la Palabra de Dios nos transforma. Cuando lo hace, le alabamos por su poder para ayudarnos a crecer.
Como l铆der de un estudio b铆blico, tu llamado es hacer m谩s que guiar a su grupo en la comprensi贸n de un pasaje y orar para que Dios les ayude a obedecerlo. Al explorar temas que requieren respuesta en la obediencia, se establece la expectativa de que, cuando el grupo se re煤na de nuevo, tomar谩n tiempo juntos para compartir c贸mo Dios ha estado obrando en sus vidas en los temas que han estado aprendiendo. Predique con el ejemplo y comparta su propia experiencia en ese momento dedicado a compartir, luego invite a otros a hacerlo de igual manera. Sabemos que toma tiempo desarrollar un ambiente seguro para compartir honestamente, pero as铆 es como crecemos juntos. Sin responsabilidad, puede ser f谩cil que nos enga帽emos a nosotros mismos, imaginando que estamos creciendo, cuando en realidad s贸lo estamos escuchando y olvidando.
Santiago nos ofrece esta palabra de aliento: Si nos comprometemos y perseveramos en hacer la Palabra, no s贸lo en o铆rla, seremos bienaventurados en lo que hacemos. Yo anhelo esto, y creo que t煤 y tu grupo de estudio b铆blico tambi茅n lo anhelan. Para ayudar a que esto suceda puede que debamos hacer algunos cambios en la forma en que utilizamos el tiempo cuando nos reunimos para estudiar. Necesitamos crear la expectativa de que se repasar谩 lo que se ha estado aprendiendo, para compartir c贸mo Dios ha estado obrando en nuestras vidas. Podemos comenzar el tiempo de estudio revisando, compartiendo y reforzando antes de sumergirnos en un nuevo pasaje. Dios
promete bendecir a los hacedores de Su Palabra.
Padre, gracias por Tu Palabra, y gracias por la advertencia y el aliento que nos da Santiago. Ay煤danos a no contentarnos nunca con solo escuchar y conocer Tu Palabra, ay煤danos a encontrar gozo y bendici贸n en ponerla en pr谩ctica. Ay煤danos a utilizar bien nuestro tiempo mientras nos reunimos, para que podamos reflexionar sobre Tu obra en nuestras vidas y alabarte por Tu gracia que nos ayuda a crecer como hacedores de Tu Palabra. Am茅n.